Venezuela ha vivido en los últimos 20 años un proceso de transculturización que ha tocado las esencias culturales de la diversidad social del país. Entendiendo la transculturizacion como la dinámica donde los grupos sociales de una localidad, sin mucha conciencia, van sustituyendo sus valores originales por otros extranjeros, se hace necesario que los entes de gobierno promuevan e intensifiquen jornadas de intercambio cultural donde florezcan las tradiciones. Sin embargo, centrarse en lo autóctono no significa cerrarse a la expresión de nuevas manifestaciones culturales. Se trata de mantener una actitud vigilante para preservar las raíces que la dan sello una identidad local combinada con una postura receptiva de otras expresiones culturales como las nuevas tendencias musicales y artísticas, características de toda juventud. Al final, y teniendo a los consejos comunales como máximas instancias de defensa de la identidad cultural, se irá produciendo una fusión de tradiciones culturales con nuevas formas de culturización. En definitiva se trata que la identidad venezolana se mantenga enriquecida con otras formas de hacer cultura resistiendo los embates transculturales propiciados mayormente por los medios masivos de comunicación, la gran industria cultural del mundo. En este sentido el papel de las universidades va a ser vital para este fin. Si en las aldeas universitarias no se impulsa este proceso poco se podrá resistir a la ola agresiva de la cultura mediática que coloca a la identidad cultural como una mercancía y no como el conjunto de valores, principios y modos de vida.
jueves, 31 de diciembre de 2009
Pura resistencia
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